A veces no nos paramos a pensar y juzgamos sin saber. Desde el desconocimiento todo es muy fácil y criticable. Hace unos días tuve la gran suerte de realizar una sesión de fotos en la que yo era la "modelo" y al ver el resultado estoy sumamente satisfecha, el problema es que la gente ve el resultadoy les podrá parecer bueno o no. Pero la verdad es que aunque en las fotos se refleja el duro trabajo del equipo, nunca podrá reflejar el cansancio fisíco, emocional y mental de los que han realizado dicha tarea.
Fueron siete horas intensas, en las que yo pasé de la mas triste amargura, pasando por la dulzura, el miedo y la alegria. Lidia LisetMor, la fotógrafa, terminó molida, no sólo de llevar al cuello colgada la cámara durante siete horas si no de las mil y una posturas para poder captar cada uno de mis movimientos y caras. Y apoyándome en todo momento para que diera lo mejor de mí.
David Sesmero, el maquillador, 7 horas de pie, atento en todo momento en que todo estuviera perfecto y Rebeca, la ayudante, una joven chica cuyo sueño es ser fotógrafa , ayudando en todo momento.
Todo esto enmarcado en un precioso bosque y prado de Inglaterra, nos llovió, nos hizo sol. El frio predominó en todo momento, a veces teniamos que estar sobre el suelo mojado (desde la fotógrafa hasta el maquillador). Siete horas muy agotadoras pero que a pesar de todo eso, el gusto por trabajar en lo que realmente quieres da una reompensa mucho mayor. Y es que ya sabéis lo que se dice "Sarna con gusto, no pica"
"Calma"
"Desayuno"
"Dulzura"
"Maldad"
"Tristeza"
"Rabia"
"Miedo"
"Equipo"
¡Gracias!